miércoles, 31 de julio de 2013

"Tenemos que sentirnos orgullosos de ser españoles"

El Museo del Traje se antoja un sitio muy idóneo para encontrarnos con nuestro Hombre GQ de la Semana. ¿Qué mejor lugar para citarnos con Rafael Medina (Madrid, 1978), Duque de Feria y, podríamos añadir, Grande de España en lo que a estilo se refiere?

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Con motivo de haber sido elegido Hombre GQ de la Semana, Rafael Medina Abascal, duque de Feria y marqués de Villalba, además de uno de los principales iconos de estilo en España, ha respondido a las 21 preguntas que conforman el cuestionario de la revista masculina. El Duque de Feria habla, entre otras cosas, sobre sus gustos en ropa, música, libros, etc... y también acerca de cómo han evolucionado los hábitos a la hora de vestirse de los hombres de nuestro país, cada vez más interesados en todo lo relacionado con la imagen y las últimas tendencias. Empresario y experto en moda, podéis seguirle en Twitter y en su blog.

Rafael Medina (Foto GTRESONLINE)

domingo, 28 de julio de 2013

El reality de Tamara Falcó se estrena en septiembre

Cosmopolitan Televisión se encuentra en pleno proceso de grabación del reality «We love Tamara», que se estrenará en septiembre. El programa seguirá los pasos de Tamará Falco, la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó, Marqués de Griñón.

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La hija más mediática del Marqués de Griñon e Isabel Preysler vuelve a la actualidad tras ponerse fecha al estreno del programa de televisión que protagonizará. Comenzará a emitirse en septiembre y en él los espectadores podrán seguir el día a día de la nieta de los Duques de Montellano: viajes, amigos, trabajo, aficiones, etc... 

No hay duda de que será una oportunidad excelente que nos permitirá conocer cómo vive esa parte de la nobleza que se halla más expuesta a los medios de comunicación, explotando su condición y haciendo de ella su forma de vida.

domingo, 21 de julio de 2013

La tía española del nuevo rey de Bélgica

Pasado, presente y futuro de la monarquía belga: a la izquierda la viuda del rey Balduino, a la derecha los hasta hoy reyes Alberto y Paola y en el centro los ya reyes Felipe y Matilde, acompañados de Elisabet, la heredera (Foto Yves Herman)

Desde hoy, y tras la renuncia por parte de Alberto II, Bélgica tiene nuevo soberano, que reinará como Felipe I. El casi octogenario rey Alberto, siguiendo el ejemplo de su padre, el cuestionado Leopoldo III, ha decidido abdicar después de 20 años ciñendo una pesada corona que nadie esperaba en un principio que le fuera a corresponder, pero que tras la inesperada muerte de su hermano Balduino se vio obligado a aceptar.

La ceremonia de abdicación del rey saliente y la de juramento del cargo de su sucesor se han programado para que coincidieran con el día de la Fiesta Nacional, lo que ha hecho que las celebraciones se prolonguen toda la jornada. 

Una de las personalidades que ha estado presente durante todos los festejos es la tía del recién investido como Rey de los Belgas (título que reciben los monarcas del pequeño país europeo), la reina Fabiola: viuda del rey Balduino (hermano del rey Alberto y por tanto tío del nuevo rey Felipe), española de nacimiento y de noble cuna. 

Fabiola de Mora y Aragón vino al mundo en Madrid el 11 de junio de 1928, sexta de los siete hijos que tuvieron Gonzalo de Mora y Fernández, marqués de Casa Riera y conde de Mora, y Blanca de Aragón y Carrillo de Albornoz. Su familia gozaba de la amistad y el cariño de Alfonso XIII, como prueba que la pequeña Fabiola fuera llevada hasta la pila bautismal por la mismísima reina Victoria Eugenia

El 15 de diciembre de 1960 contrajo matrimonio con el rey Balduino, al que conoció en un encuentro organizado por su madrina la Reina con el objetivo fallido de, según dicen varias fuentes, entre ellas Philippe Séguy en su libro Fabiola, la reina blanca (Espasa), casar a una de sus nietas con él. 

Balduino y Fabiola el día de su boda (Foto Le Soir)

Si su romance enterneció a toda Europa, la desdicha que padecieron posteriormente ante la imposibilidad de tener hijos acabó por hacer de su historia todo un drama, al cual supieron sobreponerse apoyándose en sus fuertes convicciones católicas y en la entrega hacia los más desfavorecidos. Enfermos de sida, prostitutas, jóvenes en situación de desamparo, delincuentes... serían a partir de entonces el centro de todas las atenciones de los reyes. El propio Balduino diría refiriéndose a esto: "Nos hemos preguntado por el sentido de este sufrimiento y poco a poco hemos ido comprendiendo que nuestro corazón estaba así más libre para amar a todos los niños, absolutamente a todos”.

Gracias a su entereza y a su inquebrantable conciencia del deber, la real pareja supo ganarse el cariño y el respeto de sus súbditos, los cuales sintieron profundamente la repentina muerte del Rey, de sólo 62 años, a causa de un ataque al corazón el 31 de julio de 1993 mientras veraneaba en Motril. 

Pasaba entonces el cuñado de Fabiola, Alberto, a ocupar el trono. Quedaba de esta manera la viuda del rey Balduino en un segundo plano, volcada desde ese momento en mantener vivo el recuerdo de su difunto esposo y en las diferentes causas sociales que decide amadrinar.

A pesar del tiempo transcurrido, todavía son muchos los belgas que no olvidan a la reina Fabiola, como demuestra el que haya sido vitoreada en numerosas ocasiones en el día de hoy, el cariño que le profesan muchos en cada una de sus apariciones públicas y su presencia destacada en los diferentes actos que protagoniza la Familia Real. 

Bélgica pone hoy todas sus miradas en Felipe, su nuevo rey, y en la esposa de éste, Matilde, que es ya una de las tres reinas con las que cuenta el país actualmente, pero sin dejar de lado a Fabiola, la española que se convirtió hace más de medio siglo en reina de los belgas

jueves, 18 de julio de 2013

La nobleza española como protagonista de la Guerra Civil

En este 18 de julio de 2013 se cumple el 77º aniversario del inicio de la Guerra Civil, el conflicto fratricida que desangró a este país durante tres largos años enfrentando a unos y otros y cuyas consecuencias todavía retumban en la memoria de los españoles, cuando no en la arena política.

Las estimaciones de las víctimas que se cobró la contienda oscilan, según las fuentes que se consulten, en entre 500.000 y 1.000.000, lo que da una idea de la brutalidad que se experimentó en España, tristemente acostumbrada al derramamiento de la sangre de sus hijos.

La nobleza no quedó al margen de este drama, siendo numerosos los aristócratas que fallecieron durante la guerra. Las cifras a día de hoy no son definitivas, pero los recuentos hechos hasta el momento arrojan la cantidad de 177 titulados muertos, los cuales reunían en su persona 246 títulos en total. De estos 177, 140 fueron fusilados. No entran aquí los familiares de los anteriores (incluidos hijos y esposas) que carecían de título nobiliario y que también perecieron en el transcurso de la guerra, ya fuera como consecuencia de las penurias vividas durante la misma, como víctimas de la represión o como caídos en combate (en medio de la vorágine de violencia y atropellos que se produjo durante esos años no fueron pocos los asesinados por el simple hecho de ser de noble estirpe).

En relación a esto, la Diputación y Consejo de la Grandeza de España publicaba en marzo de 1940 en las páginas del diario La Vanguardia una esquela “en memoria de de los Excmos. Sres. Grandes de España, de los nobles titulados y de los familiares de unos y otros gloriosamente caídos en la guerra o vilmente asesinados”. En ella se recoge la relación de los titulados y familiares de éstos muertos en la contienda.

Esquela publicada por la Diputación y Consejo de la Grandeza de España en 1940 (Foto Hemeroteca La Vanguardia)

La persecución que sufrió la nobleza quedó especialmente patente en Madrid, donde los milicianos acabaron con la vida de 94 de los 177 antes referidos, lo que supone que tan sólo en la capital murieron fusilados más de la mitad de todos los titulados que perecieron en la Guerra Civil, fuera cual fuera la causa del óbito. Esto lleva a la conclusión de que la nobleza, como conjunto, fue un objetivo a eliminar desde el primer momento para los grupos radicales que actuaban con total impunidad en la zona republicana.

Valga como ejemplo de lo anterior la desgraciadamente célebre matanza de Paracuellos del Jarama, en la que cayeron asesinados más de 30 títulos, siendo algunos de ellos los que siguen a continuación:

-Fernando Aguilera y Pérez de Herrasti, conde de Fuenrubia.

-Francisco Aguilera y Pérez de Herrasti, marqués de Campo Fuerte.

-Mariano Álvarez de Toledo y Cabeza de Vaca, vizconde de Armería.

-Alonso Álvarez de Toledo y Samaniego, marqués de Villanueva de Valdueza (padre del  Vizconde de Armería).

-Manuel Álvarez de Toledo y Mencos, marqués de Navarres.

-Fernando de Bustos y Ruiz de Arana, duque de Montalto.

-Hernando Carlos Fitz-James Stuart y Falcó, duque de Peñaranda de Duero.

-Francisco de Borja Martorell y Téllez-Girón, duque de Escalona y Almenara Alta.

-Francisco Javier Osorio de Moscoso y Reynoso, conde de Trastámara.

-Gerardo Osorio de Moscoso y Reynoso, conde de Altamira.

-Ramón Osorio de Moscoso y Taramona, conde de Cabra (hermano del Conde de Trastámara y  del Conde de Altamira). 

-Alfonso Patiño y Fernández-Durán, marqués de Sierra.

-Andrés Patiño y Fernández-Durán, conde de Guaro.

-José Pérez-Seoane y Roca de Togores, conde de Villaleal.

-Luis María Ruiz de Arana y Martín-Oliva, duque de Sanlúcar la Mayor.

Una de las cruces colocadas en recuerdo de las víctimas de Paracuellos (Foto ABC)

Otros nombres que figuran en la relación de los asesinados en Madrid, muchos de ellos después de pasar por alguna de las checas repartidas por la ciudad, son Alfonso Pérez de Guzmán y Escrivá de Romaní, duque de T’Serclaes; Fernando María Fernández de Córdoba y Pérez de Barradas, duque de Lerma; Cristóbal Colón y Aguilera, duque de Veragua; José María Canalejas y Fernández, duque de Canalejas (hijo del conocido político de la Restauración); Alfonso de Borbón y León, marqués de Squilache; su hermano Enrique de Borbón y León, marqués de Balboa (junto con su hijo Jaime de Borbón y Esteban, que en el momento de ser fusilado contaba con 15 años de edad); José Luis Medina y Carvajal, marqués de Buenavista; Fernando Primo de Rivera y Cobo de Guzmán, conde de San Fernando de la Unión.

Si bien la mayoría de los nobles fallecidos entre 1936 y 1939 fueron víctimas de la represión ejercida en la zona republicana, no fueron pocos los que se prestaron a luchar en defensa de los sublevados, muriendo en el campo de batalla. Destaca de entre ellos Manuel Falcó y Álvarez de Toledo, duque de Fernán-Núñez, muerto el 8 de diciembre de 1936 en la Casa de Campo de Madrid. Dos de sus hermanos, Tristán, conde de Barajas, y Beltrán, perecerían también durante la Guerra Civil. 

Manuel Falcó y Álvarez de Toledo, duque de Fernán-Núñez (Foto Hemeroteca ABC)

En acción de combate cayeron también los hermanos Francisco de Borja de Arteaga y Falguera, marqués de Estepa, y Jaime de Arteaga y Falguera, conde del Serrallo; Ricardo Martorell y Téllez-Girón, marqués de Monasterio (hermano del Duque de Escalona y Almenara Alta, asesinado en Paracuellos); Juan de Montserrat de Suelves y Goyeneche, marqués de Tamarit; Fernando Fernández de Córdoba y Mariátegui, marqués de Povar (el cual pereció en el hundimiento del crucero Baleares); Evaristo de Churruca Zubiría, conde de Motrico; Tirso Roca de Togores y Tordesillas, vizconde de la Puebla de Alcocer.

Hubo asimismo quienes murieron por circunstancias diversas y ajenas a la acción del bando republicano, como es el caso de Carlos Luis Rúspoli y Álvarez de Toledo, duque de Sueca (gravemente herido tras ser su casa alcanzada por la aviación del bando nacional); Diego Zuleta de Reales y Carvajal, duque de Abrantes (que con 13 años se presentó voluntario para combatir en el frente, donde padeció diversos problemas de salud que le llevarían a la muerte en 1939); José Manuel Sánchez y Dujat des Allimes, duque de Almodóvar del Río (el cual contrajo el tifus mientras luchaba en las filas nacionales); Álvaro de Silva y Fernández de Henestrosa, marqués del Viso (fallecido en 1938 durante unos ejercicios de natación organizados por la Marina).

Una vez finalizada la guerra, muchos de los arriba nombrados fueron condecorados y enterrados con grandes honores acordes a su posición social. Otros, simplemente llorados en la intimidad, sin demostraciones públicas ni homenajes. Lo que sí comparten unos y otros es el haber sido marginados en los estudios realizados acerca de la Guerra Civil, a pesar de que ya son casi 75 los años que han pasado desde que finalizó el conflicto. Apenas unos cuantos libros, todos publicados al término de la contienda, han estudiado el tema, la mayoría de ellos de manera somera y con una falta de objetividad evidente. 

Con esta entrada en el blog no pretendo otra cosa que dar un espacio a un grupo de españoles que parece, en estos tiempos de revisionismo y reescritura de la Historia, haber sido olvidado por los estudiosos de la materia. Pocos han reparado en que se produjo una eliminación sistemática en la zona republicana de toda aquella persona que tenía relación de pertenencia con la extinta (por decreto) Grandeza de España y los títulos del Reino, abolidos en los inicios de la II República. 

Sirvan estas líneas, por tanto, como espacio para la memoria y el recuerdo de los que, para bien o para mal, fueron protagonistas de uno de los episodios más trágicos y relevantes de la historia de nuestro país.

miércoles, 17 de julio de 2013

Marqués reserva y virgen extra

Cuenta Carlos Falcó, marqués de Griñón, que siendo un adolescente tuvo que convencer a sus padres para que no le enviaran a la academia militar como a su hermano, Fernando. Él quería ser ingeniero agrónomo. Lo supo desde el día en que su abuelo le dio a probar aceite de primera prensada en su castillo de Malpica, propiedad familiar desde el siglo XIII. Años después, tras haber estudiado en Bélgica y recorrerse California en Maserati, desafiaría la ley plantando en esas tierras sus primeros esquejes de Cabernet Sauvignon, que trajo ocultos en el fondo de un camión de manzanas.
Continúa la lectura aquí:
El País dedica un artículo a Carlos Falcó, marqués de Griñón y exitoso empresario dedicado al vino y al aceite, que cultiva en sus propias fincas desde hace décadas. Además, adelanta su intención de escribir próximamente sus memorias, que se añadirían a los dos libros que ya ha escrito: Entender de Vino (Martínez Roca) y Oleum (Grijalbo).
El Marqués de Griñón y su hija Xandra (Foto Samuel Sánchez)

domingo, 14 de julio de 2013

"Antes de la ruina de la familia, tuvimos más títulos que la Casa de Alba"

«Tener a la Virgen en el salón me produce mucha paz», explica Pilar después de la entrevista. Pilar Paloma de Casanova y Barón es una mujer de 66 años, menuda y cariñosa. En la puerta de su casa, recibe a los desconocidos visitantes con un abrazo y enseguida se interesa por su manera de trabajar. Solo su salón hace sospechar que, detrás de una sencillez que le hace repetir la vergüenza que le produce salir en la prensa, hay una gran mujer. La Virgen que tanto sosiego le proporciona sostiene un niño en sus brazos y luce una firma en su esquina: Murillo. Pilar Paloma es dueña de una Virgen del Rosario obra del pintor sevillano. Tan solo hay cinco cuadros como este en el mundo. Ella también es, desde el pasado mes de abril y tras una lucha de años en los tribunales, la XXV marquesa de Astorga y tres veces Grande de España.

Puedes leer el resto siguiendo este enlace:


El diario ABC publica en su edición digital un artículo acerca de Pilar Paloma de Casanova y Barón, que recientemente ha obtenido por vía judicial uno de los títulos nobiliarios más antiguos de España, como es el Marquesado de Astorga, que data del siglo XV.

Pilar Paloma de Casanova junto a su esposo (Foto José Ramón Ladra)

"Mi madre ha descapitalizado la Casa de Alba"

Advierte que dormía mejor antes. Cayetano Martínez de Irujo, nacido en Madrid, hace 50 años, conde de Salvatierra, se ocupa ahora de sacar adelante una línea de productos gourmet con el sello de la casa familiar.

Pregunta. ¿Les ha costado mucho tomar la decisión de crear la marca Casa de Alba?

Respuesta. Todo cuesta en esta Casa. Hay que romper moldes que ha tenido esta Casa hasta hace cuatro años. Es de una mentalidad muy conservadora, aprensiva a los cambios, muy estructurada en muchos aspectos. Nunca se había planteado un cambio de esta manera, donde hay que plantearse riesgos, dificultades, y donde daba vértigo dar el paso hacia la comercialización de productos.

La entrevista completa al menor de los hijos de la Duquesa de Alba aquí:
Nuevos rumbos y nuevos proyectos para la más mediática de las familias de la nobleza española, que ahora empezará a comercializar una línea de productos gourmet. En España carecemos de ejemplos similares o, al menos, tan notorios de explotación de un título nobiliario, algo mucho más común fuera de nuestras fronteras, especialmente en Alemania, donde son numerosos los príncipes que han decidido sacar rentabilidad a sus posesiones haciendo del apellido familiar una imagen de marca.

Ya sólo queda, por tanto, desearle suerte en su aventura empresarial a los Alba, una de las familias pioneras en la puesta en valor y conservación del patrimonio histórico vinculado a ella y que han servido de ejemplo para otras tantas.