domingo, 15 de septiembre de 2013

"La nobleza obliga, al menos, a no defraudar al fisco y a tener el dinero aquí"

‘Las Campanillas’ es la casa de Eusebio Güell, vizconde de Güell, en Comillas, colgada al final de una de las cuestas del pueblo, en una callejuela del barrio de la Peña. Discreta y nada monumental para quien vivió sus primeras vacaciones infantiles en el palacio de Sobrellano y pisó los palacios y jardines Güell repartidos por Cataluña, en ella se aprecia una querencia por lo antiguo que es también respeto: no hay timbre (ni buzón) que afee la fachada, se llama con dos golpes de aldaba y el zaguán está como hace 100 años, con losas de piedra como pavimento y un banco de madera como asiento. Al fondo, vigila la entrada un gran retrato de María Luisa Güell, de la que también habrá una historia que contar al respecto de su espíritu independiente y de los tremendos bodegones de sandías que pintaba, modernos aún hoy, y que presiden el comedor.

La entrevista íntegra en el siguiente enlace:

"La nobleza obliga, al menos, a no defraudar al fisco y a tener el dinero aquí"

Eugenio Güell y Sentmenat, bisnieto de aquel conde de Güell protector de Gaudí y cuyo apellido está ligado a algunos de los monumentos más representativos de la Barcelona de finales del siglo XIX y principios del XX, concedía la semana pasada una entrevista a El Diario Montañés en la que trataba diferentes asuntos, tales como el auge del independentismo catalán, la crisis económica que padece España, el rol que la nobleza debe jugar en el siglo XXI o sus estancias en Comillas, localidad en la que veranea y cuyo marquesado corresponde a un miembro de la familia Güell (el primer marqués, Antonio López y López, fue el tatarabuelo del protagonista de este artículo). 

Eugenio Güell y Sentmenat, vizconde de Güell y marqués de Gélida (Foto Javier Rosendo)

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