miércoles, 25 de diciembre de 2013

La nobleza entre los 100 españoles más ricos

Forbes, la publicación especializada en el mundo de los negocios y las finanzas, revelaba en su número de noviembre la lista de los 100 españoles más ricos, algo nunca antes hecho en este país. El método para elaborar el listado, según revela la revista, se basó principalmente en la consulta de la documentación que custodia el Registro Mercantil y la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Al ser confidenciales, las declaraciones del IRPF y del Patrimonio no han podido ser empleadas en esta investigación. Es por ello que Forbes considera que "en algunos casos el patrimonio de todas las personas y familias de esta lista podría ser superior".

Son escasos los titulados que aparecen en la relación confeccionada por Forbes, lo cual contrasta fuertemente con la situación de predominio absoluto en el plano económico de la que gozó la nobleza española hasta el primer tercio del siglo XIX, cuando empezó a ser desplazada por una burguesía cada vez más rica e influyente, que en muchos casos pretendió, en un intento por darse brillo, entroncar con los viejos linajes del Reino o que le fueran otorgados títulos nobiliarios. Pese a todo, durante la Restauración todavía algunas de las grandes familias aristocráticas consiguieron mantener la pujanza de antaño.

La primera noble en aparecer en la lista de Forbes es Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, duquesa de Alba, que ocupa la octava posición con una fortuna estimada en 3.000 millones de euros. Esta suma tan elevada se justifica por las propiedades inmobiliarias y por la inmensa colección artística de la familia.

Cayetana Fitz-James Stuart y Silva (Foto ABC)

En el decimosexto puesto está Alicia Koplowitz y Romero de Juseu, marquesa de Bellavista, con 1.750 millones de euros gracias a los valores bursátiles que posee en Acerinox y a su sicav Morinvest.

Alicia Koplowitz y Romero de Juseu (Foto El Economista)

La hermana de la anterior, Esther Koplowitz y Romero de Juseu, marquesa de Casa Peñalver y máxima accionista de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), se encuentra en el puesto 41 con 950 millones de euros. Recientemente se ha visto obligada a desprenderse de casi un 4% de sus acciones en FCC para poder hacer frente a una deuda contraída con BBVA y Bankia

Esther Koplowitz junto a su hija Alicia Alcocer Koplowitz (Foto Forbes)

Por último, el número 69 de la lista lo ocupan Felipe Benjumea Llorente, presidente de Abengoa, y su familia. A los Benjumea se les estima una fortuna valorada en 600 millones de euros. El hermano mayor de Felipe, Javier, posee un importante paquete accionarial dentro de la compañía y es marqués de la Puebla de Cazalla. 

Javier y Felipe Benjumea Llorente (Foto EFE)

En la lista también aparecen los cónyuges de varios titulados, como es el caso de Emilio Botín Sanz de Sautuola y García de los Ríos, marido de Paloma O'Shea y Artiñano, a la que el rey Juan Carlos le concedió el Marquesado de O'Shea en reconocimiento a su "generosa contribución (...) a la promoción de la cultura musical en España mediante la puesta en práctica de brillantes iniciativas de mecenazgo". Al presidente del Banco Santander la revista le asigna un patrimonio de 1.600 millones de euros y lo sitúa en el decimoctavo lugar.

Emilio Botín y Paloma O'Shea en la boda del príncipe Felipe (Foto ¡HOLA!)

Otro ejemplo es Isabel Castelo d'Ortega y Cortés, presidenta de Ocaso Seguros y viuda de Ángel de Mandalúniz y Uriaete, marqués de Taurisano. Forbes le adjudica un caudal de 700 millones de euros que la sitúa en el número 56 de la lista. Su hija, Isabel Elena de Mandalúniz y Castelo d'Ortega, actual marquesa de Taurisano, está casada con Cristóbal Colón de Carvajal y Gorosábel, duque de Veragua. 

Todas estas cifras, a pesar de los esfuerzos de los redactores de Forbes por ajustarlas lo más posible a la realidad, son en ocasiones bastante difíciles de admitir. Cuesta creer, por citar un caso, que la fortuna de la Duquesa de Alba supere a la de Emilio Botín o Juan Abelló, especialmente cuando Cayetano Martínez de Irujo reconocía recientemente que las finanzas de la Casa de Alba no pasaban por su mejor momento

Como apunte final, el hecho de que únicamente aparezcan cuatro titulados y los consortes de otros dos entre los 100 españoles más ricos viene a demostrar que la nobleza, como clase social, ha dejado de ejercer el poder económico que hasta no hace demasiado monopolizaba, a pesar no obstante del importante patrimonio del que un gran número de aristócratas siguen disfrutando.

martes, 24 de diciembre de 2013

Tres murillos con pasado ducal

La aparición de obras españolas de autores de primer nivel en las subastas internacionales suele generar siempre una gran expectación, especialmente cuando proceden de importantes colecciones privadas. En el caso de la venta organizada por Sotheby's el día 4 de este mes de diciembre, Old Masters & British Paintings, el interés se centró en las catorce pinturas que se subastaban por orden de la administración concursal que se hizo cargo de Fórum Filatélico tras su intervención judicial en 2006.

Entre los lotes sacados a remate se encontraban tres lienzos que anteriormente habían formado parte de colecciones de la aristocracia española, todos ellos firmados por Bartolomé Esteban Murillo

El primero y el más importante, un San José con el Niño, se valoró en entre 400.000 y 600.000 libras esterlinas, obteniendo un precio final de 698.500. Colgó en las paredes de la galería de la Duquesa de Aliaga, de donde posteriormente pasó a la del Marqués de Bermejillo del Rey. En 1943 ya se encontraba en la residencia bilbaína del banquero Félix Fernández Valdés (también dueño del retrato que Goya hizo de Joaquina Téllez-Girón y Pimentel, marquesa de Santa Cruz).

San José y el Niño por Murillo (Foto Sotheby's)

Los otros dos cuadros forman pareja y representan al Ecce Homo y a la Virgen Dolorosa. Únicamente se conocen otras tres parejas más de este tipo que salieran del pincel de Murillo, encontrándose una de ellas en el Museo del Prado (con los números de catálogo P00965 y P00977). La pareja subastada por Sotheby's originalmente perteneció a los Duques de Frías, siendo vendida por sus descendientes en el año 2000 y entrando en la colección de Fórum Filatélico en 2003. En esta ocasión, con un precio estimado de entre 200.000 y 300.000 libras, no encontró comprador, quedando desierta la puja. 

Ecce Homo y Virgen Dolorosa de Murillo (Foto Sotheby's)

lunes, 23 de diciembre de 2013

Se busca marqués del Casco Vello

Le costaría dinero y pleitos. También, buscar algún lejano parentesco con el militar decimonónico Pablo Morillo. Pero usted, amable lector, podría convertirse en Marqués del Casco Vello. Porque, al menos, cuenta con una remota baza para conseguirlo: el título nobiliario acaba de cumplir 51 años vacante. Nadie, desde 1962, ha vuelto a ser Marqués de la Puerta de la Gamboa, que es la denominación exacta del título.

Puedes leer la noticia completa en el siguiente enlace:


En España abundan los títulos nobiliarios que, una vez muerto el último poseedor y pasados cinco años desde el óbito, nadie reclama o que, en caso de que alguien haya solicitado suceder al mismo, se ha rechazado su petición por no cumplir con todos los requisitos necesarios. Son los títulos que se consideran caducados, como es el caso del Marquesado de la Puerta, otorgado a Pablo Morillo y Morillo por sus éxitos militares en América durante las guerras de independencia (la denominación del marquesado según diversas fuentes hace referencia a la Tercera Batalla de la Puerta o Batalla del Sémen y no a la derruida Puerta de Gamboa, como cita el artículo), cuyo último titular fue Aníbal Morillo y Pérez, que heredó el marquesado en 1886 y falleció en 1929. Posteriormente su sobrino intentaría obtener el título, pero al morir en 1962 el proceso quedó suspendido. 

Hasta el año 1988 cualquier persona que hubiera podido acreditar su parentesco con uno de los titulares del Marquesado de la Puerta habría estado en disposición de iniciar los trámites de rehabilitación y, finalmente, suceder en el mismo sin importar cuántos años hubieran transcurrido entre la muerte del último titular y el inicio de la rehabilitación. 

Gracias a esta disposición legal se pudieron rehabilitar durante años títulos que llevaban incluso varios siglos caducados, siendo algunos de estos casos los que siguen:

-En 1895 José Antonio Azlor de Aragón y Hurtado de Zaldívar, duque de Villahermosa a la muerte de su padre en 1919, obtuvo el Ducado de Luna, concedido en 1495 a Juan José de Aragón y Sotomayor, único poseedor del ducado. 

-En 1902 era Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, duque de Alba, quien recuperaba para sí el Ducado de Arjona, concedido en 1430 a Fadrique de Aragón, también único poseedor del mismo por habérsele confiscado a causa de sus intrigas políticas.

-En 1985 María del Pilar Paloma de Casanova y Barón, por aquel entonces condesa de Cabra, obtuvo el Ducado de Baños después de que su anterior titular falleciera en 1780. 

-En 1986 el Ducado de la Palata fue rehabilitado por María del Pilar Azlor de Aragón y Guillamas, duquesa de Villahermosa, tras más de ocho décadas de vacancia, habiendo sido la última titular María del Carmen Azlor de Aragón e Idiáquez, muerta en 1905. 

Cuando a mediados de los 80 se destapó una trama dedicada a la falsificación de documentos con el fin de obtener de manera ilícita títulos caducados, se acabó por restringir la rehabilitación de los mismos. Para ello, mediante el Real Decreto 222/1988 y debido a "la necesidad de dar mayor seguridad a la documentación aportada por los interesados para la obtención de las mercedes nobiliarias por la vía de la rehabilitación, así como la necesidad de limitar la mencionada vía a supuestos excepcionales", se limitó a 40 años el periodo por el que un título podía permanecer caducado (a lo que hay que sumar los cinco años que debe un título quedar vacante antes de considerarse caducado). Pasadas esas cuatro décadas el título ya no es posible rehabilitarlo y queda caducado de manera perpetua, tal y como ocurre actualmente con el Marquesado de la Puerta, cuya utilización a día de hoy no es legal por haber sido excedido sobradamente el plazo de 40 años límite para su rehabilitación.

Aníbal Morillo y Pérez (Foto RAC)

jueves, 19 de diciembre de 2013

Fallece el Marqués de Rafal (G. de E.)

El pasado día 7 de diciembre, al hablar alrededor de las 13 horas de la mañana con mi estimado amigo Juan Gualberto de Balanzó y de Solá, me trasladaba el fallecimiento el día anterior (6 de Diciembre) en Barcelona del Excmo. Sr. D. José María de Quadras y de Caralt, Conde de Sant Llorens de Munt, Caballero Gran Cruz de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén. Recientemente fue distinguido por el Cardenal Gran Maestre de la Orden, con el título de Lugarteniente de Honor de la Lugartenencia de España Oriental. Pérdida muy sentida, y sobre todo en el Capítulo Noble de Aragón de quien tan buen gobierno hiciera del mismo. Sin embargo, horas después me comunicaba mi madre una terrible noticia que nadie esperábamos, pero que sabíamos llegaría. Dicho día, alrededor de las 17 horas, fallecía en  Madrid, Don Santiago Pardo Manuel de Villena y Berthelemy, de Egaña,  Marqués de Rafal, y en su día Marqués de Villa Alegre de Castilla y Marqués de Valdesevilla (estos dos ya en manos de dos de sus hijos por distribución del titular).

El obituario íntegro en este enlace:


Tras el reciente fallecimiento de Santiago Pardo Manuel de Villena y Berthelemy, marqués de Rafal, Luis Miguel García y Lozano de Rocamora, amigo y persona cercana al finado, rememora los principales hechos de su biografía para Numen. Sobresale en ella su compromiso permanente con la Historia, materializado a través de la Fundación de Casas Históricas y Singulares, en la que detentaba el cargo de presidente de honor,  y el estudio constante del pasado familiar. 

Enorme pérdida la que se produce con la partida del Marqués de Rafal. Descanse en paz.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Diputación financiará la digitalización de fondos de la Casa Medina Sidonia y su promoción cultural y turística

La Diputación de Cádiz financiará con 60.000 euros la digitalización de fondos bibliográficos y documentales del archivo general de la Casa de Medina Sidonia, además de promocionar el valor cultural y turístico del complejo del Palacio Ducal de los Guzmanes, sito en Sanlúcar de Barrameda. Esta aportación económica se regula en un convenio que han suscrito el presidente de Diputación, José Loaiza y la titular de la Fundación Casa Medina Sidonia, Lilliane Dahlmann.

Accede a la noticia entera aquí:


Nuevos horizontes para la Fundación Casa Medina Sidonia después de la firma de un acuerdo entre la misma y la Diputación de Cádiz. Mediante dicho convenio la Fundación, depositaria de los bienes que le legó en vida Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, obtendrá 60.000 euros de subvención para la digitalización de los fondos documentales que en ella se custodian (más de seis millones de legajos). También se promoverá desde la Diputación el valor turístico que representa para la provincia el patrimonio histórico-artístico de la Casa, compuesto por el palacio de Sanlúcar de Barrameda, la hospedería aneja y el archivo de la familia. 

Sin duda alguna una excelente noticia ésta, sobre todo en tiempos de dificultades económicas como los actuales, en los que las reducciones de los presupuestos destinados a temas culturales están a la orden del día. 


Un libro pone fin a la leyenda que persigue al Gran Duque de Alba

El gran duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo (1507 - 1582), fue uno de los más brillantes generales y estrategas de su época, un servidor leal de la Monarquía Hispánica y una gran figura histórica europea, aunque también tiene su lado oscuro, ya que protagonizó la represión de los levantamientos en Flandes y ello le valió en Holanda el sambenito de la leyenda negra, una demonización que pesa sobre su fama desde entonces. Afortunadamente, el estudio del pasado nunca se detiene.

El artículo entero en el siguiente enlace:


Nuevo libro de la editorial holandesa Karwansaray Publishers sobre Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel: Alba. General and servant to the Crown. Este último trabajo de investigación sobre del tercero de los duques de Alba de Tormes aparece con la intención de romper el mito que rodea a su figura desde que fuera nombrado por Felipe II gobernador de los Países Bajos entre 1567 y 1573. 

Resulta tremendamente positivo que los historiadores, que en el caso de este libro son 16 los que han participado, hagan esfuerzos por revisar y actualizar constantemente los estudios a la luz de las nuevas fuentes documentales, especialmente cuando se trata de analizar a personajes tan controvertidos y con una imagen tan distorsionada como la del Gran Duque de Alba.

Portada del libro (Foto Karwansaray Publishers)

martes, 10 de diciembre de 2013

El Duque de Medina Sidonia se avergüenza de la expulsión de los judíos y les pide perdón

El Instituto Cervantes albergó ayer un solemne e histórico acto por el que el duque de Medina Sidonia pidió perdón públicamente a la Comunidad Sefardí de Gibraltar por la expulsión de los españoles de religión judía en el Siglo XV. "En mi nombre y en el de mi familia pido perdón públicamente y que sirva de desagravio de unos hechos de los que me avergüenzo", dijo Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo, que suscitó un sonoro aplauso en la sala. 

La noticia completa en este enlace:


Cinco siglos después de ser expulsados por Enrique Pérez de Guzmán y Meneses, duque de Medina Sidonia, los sefardíes de Gibraltar han recibido con especial agrado las disculpas que Leoncio Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo, actual duque de Medina Sidonia, les ha transmitido en una emotiva ceremonia celebrada en el Instituto Cervantes del Peñón.

En su discurso, el Duque de Medina Sidonia expresó lo siguiente:

"Soy el primer duque de Medina Sidonia que vuelve oficialmente a Gibraltar más de quinientos años después de que este histórico enclave saliera definitivamente del señorío de mi casa, en 1502, tras su cesión a sus señores naturales, los Reyes de España.

Este tránsito estuvo marcado por los hechos del segundo duque de Medina Sidonia, que contravino los naturales valores de lealtad y justicia naturalmente asociados a la idea de nobleza, al defraudar gravemente los firmes compromisos contraídos con los judíos conversos de Córdoba asentados en Gibraltar, causando con ello gran daño a muchos inocentes ante cuyos descendientes, sentí la ineludible necesidad de pedir verbalmente público perdón.

Ante la Comunidad Sefardí de Gibraltar, heredera moral y en muchos casos genética de aquellos conversos andaluces que en 1474, huyendo de los crueles progromos desatados en Andalucía, acudieron a refugiarse en esta ciudad, siendo apenas dos años después expulsados por su otrora benefactor, mi antepasado, causándoles con ello irreparables daños morales y materiales, me presento en su nombre, en el de la casa Medina Sidonia y en el mío propio, para expresar solemne petición de perdón, no sin señalar que este segundo duque hubiera sin duda aducido en su defensa, que salvó a los conversos de una segura muerte concediéndoles un caro refugio y tal vez, añadido después otras razones personales y políticas que hubieran alejado de él el agravante de la premeditación que algún historiador le imputa, pero en ningún caso hubieran logrado eximirle de la grave responsabilidad que por justicia histórica, hoy en su nombre reconozco".

Un acto este que refleja la clara conciencia que Leoncio Alonso González de Gregorio tiene de sí mismo como representante de la Casa de Medina Sidonia y, por tanto, de sus glorias y sus yerros. Nobleza obliga. 

El Duque de Medina Sidonia durante el acto (Foto Instituto Cervantes de Gibraltar)

lunes, 2 de diciembre de 2013

Muere el general Alfonso Armada, condenado a 30 años por el 23-F

Anoche falleció en Madrid el general de División Alfonso Armada y Comyn, a los 93 años de edad tras una larga convalecencia. Armada, nacido también en la capital el 12 de febrero de 1920, alcanzó relevancia pública en 1981, cuando se le acusó de haber instigado el intento de golpe de Estado ocurrido el 23 de febrero de 1981, lo que le valió una condena a 30 años de cárcel y la pérdida de empleo en el Ejército junto a una veintena de militares y guardias civiles que habían sido juzgados. Armada fue acusado de rebelión en el juicio más relevante para España en los albores de su democracia, pero murió ayer sin haber revelado jamás la identidad del «elefante blanco» ni admitir si era él. De hecho, lo negó taxativamente en 2011, cuando se cumplían 30 años del intento de asonada militar.

Continúa leyendo la noticia aquí:


Alfonso Armada y Comyn, marqués de Santa Cruz de Rivadulla y personaje clave en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, expiraba este 1 de diciembre después de varias semanas hospitalizado. En su biografía destaca una notable carrera militar: en servicio desde los 16 años, fue miembro de la División Azul y posteriormente impartió clases en varias escuelas militares, siendo alumno suyo el por entonces príncipe Juan Carlos de Borbón. La buena relación entre ambos culminó con el nombramiento de Alfonso Armada como Jefe de la Secretaría del Príncipe, primero, y como Secretario General de la Casa del Rey, después. Este cargo lo ocupó hasta 1977, año en que le sustituyó Sabino Fernández Campo. En 1981 se le nombró jefe segundo del Estado Mayor del Ejército.

A pesar de que siempre negó que estuviera implicado en la intentona golpista de 1981 aduciendo que él desconocía los entresijos de la operación y que fue al Congreso "a intentar que acabara el secuestro", se le impuso una primera condena de seis años de prisión y la pérdida del empleo militar, elevada luego a 30 años por el Tribunal Supremo. Armada recibió el indulto en 1988 de manos del Gobierno de Felipe González a causa de sus problemas de salud y por haber acatado la Constitución.

Tras su salida de la cárcel se retiró de la vida pública, pasando temporadas en su residencia de Madrid, donde aprovechaba para colaborar con la Hermandad del Refugio, y en el pazo familiar que poseía en Santa Cruz de Rivadulla. 

En una de sus últimas entrevistas, preguntado acerca de si guardaba algún resentimiento por el tiempo pasado en prisión, contestó: "Pese a todo, estoy contento porque lo que ocurrió ha servido para afianzar la Monarquía, y yo soy católico, español y monárquico, y estoy muy orgulloso de ello".

Alfonso Armada en febrero de 1981 (Foto EFE)